Nativity of St. John the Baptist
What is the mission of the messenger? Today, the messenger described in the Scriptures of the Old and New Testaments is truly a missionary. The feast of John the Baptist invites us to consider ourselves as messengers; God’s message entrusted to us; the people receiving the message; and the messenger’s attitude. Just as the prophet Isaiah foretold, Saint John the Baptist bravely accepts his mission as precursor. The Collect today briefly summarizes his beautiful life of surrender. He is the prophet who prepares the way of the Lord for a community that, guided by the Holy Spirit, is likewise called to share the good news of salvation to the whole world. We, the Church, are also messengers called to prepare the world for Christ, who is the good news of peace and salvation. We are called to be missionary disciples who grow in the commitment to welcome those who seek God, and move beyond our comfort zones to the peripheries of society to proclaim Christ’s presence in the midst of darkness and sin. The characters in today’s Scriptures reflect the faithful response of the Church: the trust that Elizabeth and (later) Zechariah place in the Lord, the persistence of Saint John in announcing the way of penance and purification, and the public testimony of resurrected life in Christ preached by Saint Paul in the Second Reading. It is important that our clergy and lay ministers reflect upon these attitudes, and evaluate their lives as missionary disciples in the ministry they exercise in the Church.
La Natividad de San Juan Bautista
¿Cuál es la misión del mensajero? Hoy en día el mensajero que las sagradas Escrituras destacan, tanto en el Primer Testamento como en el nuevo, es en realidad, un misionero. La fiesta de Juan el Bautista hoy nos invita a considerar el mensaje que Dios nos ha confiado como discípulos de Cristo, los destinatarios del mensaje y las actitudes del mensajero. Así como el profeta Isaías percibió la llamada de Dios, san Juan Bautista acepta su misión de precursor con valentía. La Oración Colecta de hoy nos resume el tesoro de su vida y de su entrega. Él es el precursor que prepara la llegada de Cristo para un pueblo que, guiado por el Espíritu Santo, está llamado a compartir la Buena Noticia de la salvación al mundo entero. También nosotros en la Iglesia somos precursores, mensajeros que anticipan ante el mundo la presencia de Cristo como Buena Noticia para los que buscan la paz y la salvación. Somos, en fin, los discípulos misioneros que se comprometen a acoger a los que buscan a Dios y a caminar hacia la periferia de la sociedad a anunciar su llegada. Para nuestros grupos comunitarios, la fiesta de hoy presenta en los personajes que la componen, una serie de actitudes básicas que corresponden a la respuesta de fe que nos exige la Iglesia: la confianza en Dios que expresa Isabel y, más adelante, Zacarías; la insistencia de Juan en su anuncio de purificación y penitencia; y el testimonio público de la vida resucitada en Cristo que en los labios de Pablo nos presenta la segunda lectura. Conviene que nuestro clero, nuestros líderes pastorales y los ministros laicos, evalúen estas actitudes ante la vida pastoral del ministerio que ejercen en la Iglesia.